ESTABA OBLIGADO A GANAR EN MESTALLA PARA TENER OPCIONES
El Valencia mereció acostarse tercero pero dejó vivo al Barcelona.
Las cuentas pasaban por ganar en Mestalla, que el Madrid perdiera en el Sánchez Pizjuán y que los azulgrana vencieran en el Chamartín.
El Barcelona no cumplió el primer requisito para poder proclamarse campeón en el Santiago Bernabéu, y por lo tanto ya no tiene opciones de hacerlo. Las cuentas pasaban por ganar en Mestalla, que el Madrid perdiera en el Sánchez Pizjuán y que los azulgrana vencieran en el Chamartín. Tenían que cumplirse las tres cosas.
Lo que también es seguro es que con el empate conseguido en Mestalla, el Barcelona saldrá líder del 'clásico', gane, empate o pierda en el Santiago Bernabéu. El gol de Henry lo aseguró. Así pues, el Real Madrid sigue sin depender de sí mismo, y aunque gane en el Pizjuán y doblegue al Barcelona, todavía necesitaría un pinchazo más de los de Guardiola
El Valencia mereció acostarse tercero y la Liga reavivarse más aún de lo que lo ha hecho con la igualada en Mestalla. Los de Emery le plantaron cara al Barça, menos super de lo habitual, fueron capaces de remontar y, sobre todo, de saber jugarle a los de Guardiola, que nunca estuvieron cómodos, vieron anuladas a sus estrellas y para puntuar tuvieron que agarrarse a dos factores inesperados, o quizás no, el colegiado (algo sospechosamente habitual) y una dosis de fortuna en forma de rebote que cazó Henry para empatar cuando el tiempo se consumía. Pero antes, los blanquinegros rozaron la épica, con una entrega física encomiable pese al lastre de Muñiz Fernández, que se comió un claro penalti a David Villa que debió suponer la victoria valencianista y la esperanza madridista, que hoy puede recortar distancias pero que se podía haber puesto más cerca. ¿Cagómetro en marcha, villarato...? Me quedo con el partidazo del Valencia y la inteligencia de Emery para superar, con menos armas, a Guardiola.
El primer acto fue del Valencia en cuanto se lo creyó y el convencimiento le llegó cuando la carretera se empinaba con el 0-1. Demasiado respeto inicial de los ches que esperaran muy atrás convirtiendo la opción de robo y contragolpe en una utopía. Por eso, un chispazo, genial eso sí, de Iniesta y Messi fue suficiente para que el Barça se pusiera por delante con poco esfuerzo alimentando la teoría madridista de que le hace falta menos para lograr más. Pero los de Emery no estaban dispuestos a entregar las armas y comandados por un milimétrico Baraja se fueron arriba desbordando a los culés, que de nuevo tuvieron la habitual ayuda arbitral. Fue en forma de penalti, y posible roja a Puyol, por claro derribo a Villa.
Muñiz quiso enmascarar su error con un fuera de juego que no existió y eso espoleó más a los locales, que volaban alentados por una grada que enloqueció con los últimos dos minutos de la primera mitad. Primero Maduro se convirtió en el héroe por accidente, rematando un córner con el muslo y poniendo un empate merecido. Mestalla festejaba la justicia del marcador cuando apareció Pablo Hernández para tumbar a los blaugranas entrando por el corazón de su defensa tras una sutil pared con Mata. El castellonense resopló antes de batir a Valdés, fue para coger aire para soportar la tremenda celebración que desencadenó su 2-1.
Rozó la sentencia. Al Barça le tocaba ir al frente pero no era su noche porque Alexis ataba a Messi, Iniesta se enredaba en las coberturas ches y, en general, la solidaridad de los valencianistas les hacía parecer superiores en número. Defendían todos y atacaban los bajitos, en especial Pablo Hernández, que anoche se consagró como el futbolista desequilibrante que asomaba en el Getafe. Una contra suya mereció ser el tercer gol che, también un remate de Mata. La sentencia local no llegó y la merecían por el corazón puesto en cada acción y por sobreponerse al hándicap arbitral. Pese a remar hasta el desmayo, en el penúltimo suspiro Henry empató, para regocijo del villarato imperante. Una pena para el Valencia sí, pero también para el fútbol en general.
marca.com/as.com
y acá comienza la parte oculta, hasta el final de la nota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario